
Renuncié sin plan B: esto fue lo mejor (y lo peor) que me pasó
De qué va este artículo: * Renunciar sin plan B puede ser aterrador… pero también liberador. * Lo mejor: descubrí de qué estoy hecho/a. * Lo peor: enfrentar la incertidumbre sin respaldo. * Hay formas de hacerlo con menos miedo y más estrategia. * Spoiler: sobreviví. Y tú también puedes. ¿Quién renuncia sin plan